Me ha conmovido este artículo. De pequeña fui tartamuda y a día de hoy a veces me vuelve a salir. Quien no lo ha sufrido no sabe el pánico que siente al salir a la pizarra a hablar o a que te manden a leer en clase.
Lo extraño es q según fui creciendo la tartamudez aparecía sólo en determinados momentos y podía hacer teatro delante de cientos de personas y no trabarme nunca o ser incapaz de hablar con algunas personas.
Una pegatina con una bellota mordida... esto sólo pasa en el país del Lazarillo de Tormes, donde la picaresca siempre está bien vista e incluso causa simpatía entre los mismísimos afectados. Una vergüenza.
Los ejemplos me parecen un poco simples puesto que la política es mucho más compleja que hacer una simple relación entre los casos de corrupción y el número de votos que recibe el partido en cuestión.
Los ejemplos me parecen un poco simples puesto que la política es mucho más compleja que hacer una simple relación entre los casos de corrupción y el número de votos que recibe el partido en cuestión.
El trabajo de un escritor debería pagarse al igual que el de cualquier que exige cobrar al final de mes en una oficina. El problema es que las editoriales se quedan con un gran margen y encarecen los costes de publicación afectando finalmente al usuario.