y los hijos de los hijos se asombraran de saber que sus antepasados morían por algo tan fácil de controlar, igual que hoy lo hacemos con enfermedades del pasado. Sobrecoge pensarlo sabiendo el sufrimiento que genera hoy en día a enfermos y familiares. Que no destinemos más dinero a cosas así demuestra lo mezquinos e ignorantes que somos.
Hace poco entrevistaban a los investigadores españoles que están desarrollando una vacuna para el alzheimer y calculaban que no estaría lista antes de 10 años debido al presupuesto; si la inversión aumentase, tardaríamos menos en conseguirla. Pero preferimos gastarnos la pasta en saltar desde la estratosfera o subvencionar a colegios que segregan por sexos. Los humanos somos así.
Sólo he leído El alma está en el cerebro, pero es, como mínimo, entretenido. El formato de Redes nunca me pareció atractivo. Y el anuncio del pan, una cagada.