#3 Sinceramente, pienso que lo he entendido, pero no estoy del todo de acuerdo (en algunas cosas sí).
El reconocimiento del éxito es bueno, indudablemente, pero en según qué casos... Puedo poner un ejemplo que he visto en casas de mis amigos; si el niño saca buenas notas, se le premia; si saca malas notas, se le castiga. No soy educadora ni experta en el tema, pero a mi esto me parece un error. Que el niño saque buenas notas es su responsabilidad, la única que se tiene, de hecho, mientras se es niño. ¿Entonces si llega el momento en que por X motivos no puedo premiarlo, ya no se esforzará? Habrá aprendido que cada pequeño esfuerzo suyo tiene recompensa... y todos sabemos que en la vida adulta esto no es así.
No digo que la forma de educar de mis padres fuera la panacea, pero yo no estoy nada descontenta. Ellos casi nunca me premiaban por las notas (excepto en las ocasiones en que realmente hice algo excepcional), pero tampoco me castigaban si suspendía. Me apoyaban y si me hacía falta, me ayudaban a estudiar o a entender las puñeteras matemáticas
Y ya sé que no te refieres a estar recompensando todo el rato, pero, ¿donde ponemos el límite? ¿Qué recompensamos y qué no? Estoy de acuerdo como el que más en que premiar es bueno, pero con cuentagotas, aunque esto pueda sonar duro.
También pienso que para decir NO y poner unos límites claros, no hay que mostrarse enfadado (creo que es contraproducente y no sólo de cara a los niños, sino en general para todo en la vida). Pero en el caso de los muy peques, la mayor parte de las veces un NO es para ellos mucho más comprensible que un razonamiento elaborado de los motivos para que no lo haga. Esto deja de funcionar cuando crecen... que me lo digan a mi
De todas maneras, creo que estamos más de acuerdo en el tema de lo que parece, corrígeme si me equivoco
No estoy de acuerdo, a menudo es lo único que entienden porque sienten miedo.