El periquito, el gato y la vaca
Érase una vez un periquito que volaba hacia el sur en busca de un clima más cálido. Pero iba atrasado y un repentino frente frío invernal, lo congeló en pleno vuelo. El periquito, congelado, cayó al suelo. Para colmo de males, una vaca que pasaba por allí, le cagó encima y lo cubrió de bosta. Pero resulta que la cálida cagada tuvo en él, resultados insospechados: le descongeló.
De modo pues que nuestro periquito, al entrar en calor y sentirse feliz de estar vivo, se puso a cantar, enterrado en la bosta. La alegre melodía llamó la atención de un gato hambriento que, oh casualidad, también pasaba por allí. El gato se detuvo, escarbó en la bosta y sacó al periquito. A continuación, le limpió la mierda y se lo zampó de un bocado.
Esta fábula tiene tres moralejas:
A veces quien te caga encima, no necesariamente es tu enemigo…
Ni aquel que te saca de la mierda necesariamente te está ayudando…
…Y cuando uno está hundido en la mierda, a veces lo mejor es no abrir el pico
Érase una vez un periquito que volaba hacia el sur en busca de un clima más cálido. Pero iba atrasado y un repentino frente frío invernal, lo congeló en pleno vuelo. El periquito, congelado, cayó al suelo. Para colmo de males, una vaca que pasaba por allí, le cagó encima y lo cubrió de bosta. Pero resulta que la cálida cagada tuvo en él, resultados insospechados: le descongeló.
De modo pues que nuestro periquito, al entrar en calor y sentirse feliz de estar vivo, se puso a cantar, enterrado en la bosta. La alegre melodía llamó la atención de un gato hambriento que, oh casualidad, también pasaba por allí. El gato se detuvo, escarbó en la bosta y sacó al periquito. A continuación, le limpió la mierda y se lo zampó de un bocado.
Esta fábula tiene tres moralejas:
A veces quien te caga encima, no necesariamente es tu enemigo…
Ni aquel que te saca de la mierda necesariamente te está ayudando…
…Y cuando uno está hundido en la mierda, a veces lo mejor es no abrir el pico