#0 Por cierto, ya que has traducido la entradilla a petición popular, también estaría bien que corrigieses el titular: ni "lanzamiento" ni "dentro" deben ir en mayúsculas.
El problema no es -o no solo es- de índole científica. El problema es que los transgénicos introducen el derecho de propiedad en un ámbito que hasta ahora era de dominio público: la genética. El problema está en que nos puedan cobrar por cultivar una variedad de grano.
Sin quitarle un ápice de importancia al cuidado que merece el Medio Ambiente... ¿cómo diablos pueden establecer con precisión de 1 día el inicio de un proceso que estamos muy, pero que muy lejos de comprender en toda su complejidad? ¿Cómo saben que no está ya fuera de control? ¿Cómo saben que no sea de ninguna manera controlable?
#6 Yo no entro a analizar si Cuba hizo bien o mal en enviar soldados a Angola. Sólo digo que en su momento lo hizo, y si hoy no lo hace a otros lugares es sencillamente porque no puede.
#Me temo que es incorrecta; un virus se expande sin intervención directa del usuario. En este caso, el usuario debe descargarse un archivo y ejecutarlo para que el atacante tome el control de su equipo. No hay ningún sistema operativo que pueda proteger contra la estupidez.
Esta noticia (opinión, más bien) llegará a portada porque está muy arraigado entre nosotros el prejuicio contra el funcionario. Pero es falsa: en España hay pocos funcionarios para el nivel de servicios que se supone que queremos en una sociedad moderna. Yo ni soy funcionaria ni ganas que tengo, de hecho he fundado dos empresas y ahora mismo vivo de mi trabajo como autónoma. Pero sí he trabajado para muchas administraciones públicas, y están llenas de personal externo (de empresas privadas) porque es materialmente imposible hacer todo el trabajo que los ciudadanos, lógicamente, reclamamos a la administración. Es verdad que hay funcionarios acomodados, vagos, malencarados... pero (hablo por mi experiencia) no en una proporción mayor que en la empresa privada. También existe el funcionario que se lleva trabajo a casa, en formación constante, con gran capacidad técnica y -esto les diferencia de la empresa privada- con un sueldo de risa.