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Para acabar de arreglarlo, las 40 trabajadoras de la cadena Schlecker que participaban ayer por la mañana, en Nou Barris, en la concentración que denunciaba la falta de seguridad en sus puestos de trabajo se vieron sorprendidas por la noticia de un nuevo robo en una de sus tiendas en este distrito en el mismo momento en que tenía lugar la protesta.
El caso afecta a una cajera de un establecimiento Schlecker de Barcelona, acusada de apropiarse del importe de unos pañales adquiridos en esa tienda. Según la sentencia, el pasado 7 de marzo la mujer fue conducida a una habitación y allí la intimidaron tres directivos para que reconociese por escrito la supuesta apropiación. En caso contrario, los directivos la amenazaron con un traslado fuera de Barcelona, con "estar varios meses sin cobrar y sin poder dar de comer a sus hijos" y con "no encontrar trabajo en ninguna otra parte".