Muy buen artículo. No me sorprende en absoluto este "éxito" de Angelus Apatrida, y explica precisamente las razones por las que al leer el título pensé que lo han tenido. Pero se dejan en el tintero un factor muy importante: los conciertos.
EL rock sigue siendo, con especial énfasis en el metal, un genero dónde se perciben los conciertos cómo el objetivo final de un grupo. Poniéndome poético un concierto es la catarsis entre un grupo y su público, y eso es algo que se está perdiendo en otros estilos musicales.
Es cierto que por la pandemia llevamos ya un año sin apenas conciertos, y los pocos que se han hecho han sido en circunstancias muy especiales (aforos muy limitados, medidas higiénicas excepcionales, distancias personales...), pero precisamente por ello, dentro de la escena es normal que haya gente que quiera apoyar sus bandas favoritas de algún modo para no perder esos momentos. ¿Y qué mejor forma que comprando el disco?
Y oye, conseguir esto es algo muy meritorio y que no se explica sólo con la fidelidad que se le presupone a la gente del metal.
Joder con el tema religioso, nos quejamos (como es normal) de los actos de cuatro cachalados terroristas y en cambio aplaudimos cuando el Estado condena por atentado al sentimiento religioso a la procesión del coño insumiso... y es el Estado!!! el garante de las libertades y la democracia.