#45 Nadie dice que esto sea más importante que el número de parados. ¿Tú te pasas las 24 horas del día hablando de eso? ¿También hablas todo el día de las personas que mueren de hambre en el mundo , un tema más importante aún?
No seas hipócrita
Pues la "clase proletaria" puede ser que use un miniportatil y le venga bien Google chrome, que deja menos espacios a los menús y más espacio al contenido. También puede que les venga bien un navegador que cargue en 5 en vez de 15 segundos.... anda k...
Queridos alucheños!
Propongo llamarle el parque del Turutu!
(Solo vosotros sois los privilegiados que pueden entender esta broma)
Para los demás, he aquí el Turutu en su máximo esplendor:
El hombre célebre por tomar alcohol para desinfectarse las heridas internas y el que nos avisaba que "el mundo se va a convertir en pimientos" www.youtube.com/watch?v=1uDG7A7INRo www.youtube.com/watch?v=qn-8xLxV7Qg www.youtube.com/watch?v=H_NLpP-pSy0
#35 ¡Ohhh mis ojos! Si no quieres que se eche sal, tu no eches tildes a "es".
En Noruega es normal que no echen sal. Están acostumbrados a las grandes nevadas. Aquí se echa porque no es tan usual una nevada como lo es allí.
Efecto menéame. Si desde google reader os suscribís a migui.com conseguiréis leer la noticia.
Para los vaguillos: El microondas tiene un magnetrón que emite radiación no ionizante de microondas a una frecuencia de 2.45 GHz (lo que corresponde a una longitud de onda de unos 12 centímetros) que produce una onda estacionaria en el interior de la cavidad, por eso, para evitar los puntos fríos se pone un plato rotatorio. Cuanto mayor es el microondas, mayor puede ser la longitud de onda del magnetrón (menor frecuencia) y por tanto mayor penetración en la comida. Por eso, un horno microondas grande puede operar a unos 900 MHz.
El agua es una molécula polar ya que debido a la forma que tiene, la carga positiva y negativa no están espaciadas igualmente, por lo que la molécula de agua se comporta como un dipolo. Cuando se aplica un campo electromagnético que varía, el dipolo tiende a alinearse. Tendrá un ligero retardo debido a la inercia de la molécula, pero si puede moverse, se intentará alinear para irse a una situación energética más favorable. Cuando se hace que varíe muy deprisa, el agua se verá obligada a cambiar de dirección muy rápido. Esta agitación provocará que el agua aumente su temperatura.
Si en lugar de agua líquida metemos un pedazo de hielo, al ser sólido, el agua estará formando una red cristalina donde la movilidad de las moléculas de agua es mucho menor que en el estado líquido. Por eso aunque esté variando el campo electromagnético debido a las microondas inyectadas en la cavidad del horno, las moléculas no son capaces de acoplarse a las oscilaciones del campo.
Pero como nuestro horno está a temperatura ambiente (mayor que 0ºC normalmente) el hielo se irá derritiendo. Así que lo que intenta hacer el magnetrón es hacer un campo pulsante que produzca mayor derretimiento, así el agua derretida irá calentando y por pura transferencia de calor acelerará el deshielo.
Lo malo es que mientras hace esto, como la comida absorbe parte de la radiación, las partes externas se irán cocinando mientras en los lugares donde el grosor de la capa congelada es mayor todavía queda hielo que el magnetrón no ha sido capaz de cocinar. Por lo que nos quedará con mal aspecto y la próxima vez procuraremos descongelarla fuera de la nevera, que aunque tarde más, sin duda el resultado final es mejor.
Tengo intención de iniciar con esta entrada una serie de artículos breves dedicados a examinar fenómenos cotidianos (¿y qué más cotidiano que la cocina?) desde el punto de vista de la Física. Ya veremos de qué va el próximo.