Pensemos en las buenas intenciones de los empresarios. Es evidente que no es siempre plato de buen gusto contratar a personas con discapacidades ya que necesitan de mayor paciencia.
Cada 1 de enero que se explicasen las normas que entran en vigor, y que sólo, o por lo menos se intentase, que las nuevas normas de circulación comenzasen el primero de enero. Convertiendolo en costumbre.