Todos estamos más o menos de acuerdo en valorar el teletrabajo como algo positivo que ha traido la pandemia. Sin embargo, después de más de un año de teletrabajo puedo decir que Microsoft Teams es algo perjudicial e ignominioso.
Al menos para el buen empleado, claro. Para todos aquellos seres corporativos consumeoxígeno, que no dan palo al agua y que generan lo que llamo un "trabajo negativo" (porque no solo no hacen su trabajo, sino que impiden que tú puedas hacer el tuyo) ha sido la bendita gloria.
Antes, si querían molestarte, te podían enviar un email que fácilmente no leías gracias a los cientos de correos de otros consumeoxígenos o, si querían de verdad molestar, tendrían que levantarse hasta tu sitio y arriesgarse a exponer públicamente su ineptitud en una conversación que puedieran oir los compañeros.
Ahora, todo eso lo pueden hacer con un par de clicks, fuera de ojos indiscretos. Pueden programar reuniones a tus horas libres o, simplemente, decirte "hola" sin importar qué estés haciendo. Y no contentos con eso en Microsoft, cada vez que te quieren hablar te salta un puto pop-up de la era de los 90 para centrar tu atención en el careto (porque ahora te puedes poner la cara, ojo) del indeseable en cuestión. Y aderazado con un estridente pitido, que solo faltaría que te diera un cachete el ordenador y empezara a oler a mierda para ya centrar los 5 sentidos en ver qué coño quiere ahora esa morsa fuera del agua.
"Hay que saber diferenciar entre lo urgente y lo importante."