Partiendo de dos premisas y de un cuento voy a dar mi punto de vista sobre si el el feminismo puede ser capitalista.
Premisas (capitalistas):
- Una parte importante del poder se ejerce desde los puestos directivos de las empresas,
- Los candidatos que alcanzan los puestos directivos dentro de una empresa son los que mejor desempeñan el trabajo, es decir, los que más se esfuerzan de entre los más inteligentes.
Cuento:
En una ciudad crecieron cuatro chicos Ángela, Arcadio, David y Patri. Los cuatro eran buenos estudiantes, fueron al mismo instituto y procedían de familias del mismo extracto social. A la hora de escoger su futuro los cuatro estudiaron económicas, los cuatro sacaron matrícula y empezaron a la vez a trabajar en una empresa multinacional en la periferia.
Pasó el tiempo y, como tenían tantas cosas en común, surgió el amor dos a dos. Ángela se juntó con David porque compartían ideas feministas y Patri con Arcadio porque eran machistas.
A los 25 años gracias a sus aptitudes y esfuerzo los cuatro consiguen ser jefes de equipos en la multinacional y tienen un gran futuro. A los 27 años logran ser directores de departamento.
Han pasado tres años y por casualidad tienen un hijo y medio cada pareja. Ángela y David dedican 8 horas a criar su hijo y medio, otras 8 horas a descansar y otras 8 horas a trabajar. Patri ha dejado el trabajo y ocupa 16 horas al día al cuidado de los niños y del hogar, mientras que Arcadio se vuelca en su carrera profesional dedicándole 16 horas al día.
Pasados un par de años hay que escoger a un nuevo Director general y entre los candidatos: Ángela, David y Arcadio, se decantan por el último ya que es el más preparado.
El capitalismo, además de reducir el poder de las mujeres, reduce el poder de los hombres feministas.