En un estudio publicado en junio, tomaron ratones machos con pérdida de pelo provocada por la testosterona y les quitaron el pelo de la espalda. Cada día, los investigadores untaron una pequeña dosis de gel de azúcar desoxirribosa en la piel expuesta y, en cuestión de semanas, el pelo de esa región mostró un recrecimiento "robusto" y aparecieron pelos individuales largos y gruesos.