La frase se le atribuye al físico Richard Feynman que de muy joven participó en el proyecto Manhattan. Es una manera de entender la física, incluso la vida. Salió el otro día en una conversación y me recordó a una muy parecida que se escuchaba en un ámbito y tiempo muy distintos, en las galeras del rey: calla y rema.
En un contexto de esclavitud para mí tiene más sentido, en el ámbito científico donde se supone que se persigue el conocimiento tiene entre poco y ninguno, es de mal gusto.
Pero lo cierto es que encaja muy bien con el tipo de enseñanza que se ofrece en nuestros días, donde el conocimiento se administra con embudo, un poco como al ganado que hay que cebar. Pero digo mal, eso no es en absoluto conocimiento, se sabe aplicar la fórmula, se sabe que funciona, se memoriza pero en realidad no sé comprende absolutamente nada, no hay tiempo para más. Calla y calcula! Calla y rema.
Luego nadie se puede extrañar de que el flujo de electrones al cerrar un circuito vaya del polo negativo al positivo, de que la tabla del modelo estándar mezcle churras con merinas, de que las interpretaciones de la cuántica y de los resultados del experimento de la doble rendija se adentren de pleno en el pensamiento mágico, de que le digan a uno que vive en universo infinito, como si tal cosa tuviera siquiera sentido y en resumen que no se comprenda absolutamente nada. Calla y calcula!
Pero sacan pecho y exclaman: nosotros hemos construido el mundo tal y como es! Por supuesto caballeros, de eso es precisamente de lo que se les acusa.
Y se repiten los mantras introducidos con embudo de forma acrítica porque eso es lo que se recompensa. Buen perrito, y ahora vuelve a buscar el palo. Hasta el punto de muchas veces tener la sensación de estar hablando con letra impresa hecha carne sin la menor pizca de pensamiento crítico, incluso de pensamiento a secas. Sin conocimiento en realidad, de sabiduría ni hablamos.
Y eso en lo que proviene de los templos del conocimiento, imagínese usted lo que se encuentra en la calle. Pues poco más o menos lo mismo pero sin un discurso aprendido que recitar de pe a pa. De formación ética o moral, eso ni siquiera computa, no existe ese eje, ni se contempla. Cada uno con lo que traiga de casa o no traiga.
En realidad está todo tan absolutamente mal hecho que uno inevitablemente acaba concluyendo que no puede ser casualidad. No se puede fallar siempre indefectiblemente en los puntos clave, la estupidez no es tan eficiente, a veces por descuido acierta. Pero no es el caso.
Y pobre de aquel incauto que insinúe si quiera algo contra el dogma. Todo está más que demostrado y nada hay susceptible de ser corregido. El universo es un 95% materia oscura y está más que demostrado, calla y calcula! No sería raro terminar escuchando algo así. Lo que está más que demostrado es que nadie tiene ni la más puta idea de nada. Hacen cosas, sí, algunas hasta funcionan, pero al final por cada persona con cerebro parece haber un millón de zombis.
Lo hasta aquí descrito no representa el pensamiento científico en absoluto, por más que venga con un título bajo el brazo, pero tristemente es cada día más común, toda esa caterva de ignorantes que antes se aferraba al dogma ahora se aferra al paradigma y en realidad nada ha cambiado. Con el agravante de que el dogma era por definición incuestionable y el paradigma por definición caduca. Siempre que la ciencia avance, claro.
Que sea la Santísima Trinidad o la energía oscura es a la postre irrelevante, será lo que los demás les digan que tiene que ser y lo defenderán con uñas y dientes aunque ni siquiera comprendan de que hablan ni en toda su puta vida se hallan parado a pensarlo más de un instante. Recitarán sus mantras y por ello serán recompensados, muy al contrario que cualquier pensamiento crítico que cuestione los podridos cimientos de su ignorancia.
Y estando así las cosas, lo raro es que amanezca un día más.