A raíz de la entrevista de Carlson Tucker a Putin, de unas dos horas, una expresión en particular sobre un hecho histórico ha copado la polémica, en concreto la palabra "forzar" para referirse a la anexión de Polonia en lo que fue el inicio de la segunda guerra mundial.
Hay un artículo en portada del tipo "fact checking" que da veracidad al hecho, a la vez que pretende resolver con la misma naturalidad un hecho histórico, probablemente más que controvertido, con la naturalidad de quien abre un diccionario y busca una entrada.
Es sorprendente la cantidad de líneas que se dedica a la traducción de una mera palabra, sin embargo el análisis histórico se reduce a poco más que "Hitler atacó a Polonia porque quería que los alemanes vivieran allí."
Afortunadamente la discusión de por qué Hitler decide invadir Polonia es bastante más interesante que eso, de lo que los vencedores escriben sobre los perdedores como poco cabe dudar, algo que en algunos casos parece inconveniente. A tal punto llega la cosa que en algunos países está prohibido abordar el tema.
Al final las mentes simples necesitan explicaciones más simples aún y ése es el discurso que nos llega a través de los grandes medios, en la línea teórica del mismo Goebbels: el mensaje ha de tener el nivel del más tonto del rebaño y de ese modo se asegura que todos lo entienden.
Es hasta divertido como el nazismo ha pasado a la historia como una suerte de pura encarnación del mal en lugar de como uno de los aspectos más sombríos de la condición humana, y Hitler como el diablo mismo, sino su enviado, sin reparar apenas en la confluencia de intereses y circunstancias que finalmente lo situó allí. Y es la explicación más apropiada, así la responsabilidad recae sobre un solo hombre, o unos pocos. El problema es que no nos acerca mucho a la verdad.
Si nos remitimos a los hechos objetivos lo cierto es que a Alemania le zumbaron bien dos veces en el mismo siglo. Y hace nada les volaron el Nordstream, bajo la complaciente mirada de su propio estamento político. Tan complaciente como la del gobierno de Vichy, se diría.
Yendo a Putin, es cierto que la forma de expresarlo llama la atención, pero cualquiera que haya estudiado la segunda guerra mundial sabe que sus causas están en el final de la primera.
En ese sentido hay una anécdota interesante y bastante ilustrativa sobre un vagón de tren.
Tampoco debería sorprender a nadie que el ataque de Pearl Harbor tenga como causa directa el bloqueo de exportaciones de petroleo por parte de EEUU a Japón que les ponía en una situación estratégica muy complicada.
Pero volviendo a Polonia, la verdad es que presenta algunos paralelismos interesantes con Ucrania, aunque sin duda las diferencias sean aún mayores.
Si los intereses, vamos a decir occidentales, finalmente se impusieran allí, muy probablemente nadie recordaría los intentos de Kiev, con miles de víctimas, de someter a una parte de la población en el este que no se adhirió a lo que ya no sería un golpe de estado orquestado, oh, casualidad, por esos mismos intereses occidentales.
Por eso no sorprende que en el caso de Polonia se desestimen razones semejantes, al final todos "sabemos" por qué Hitler invadió Polonia. Porque estaba loco y era nazi.
Y todos sabemos que los yankis, por puro amor a la libertad, nos salvaron de él, aunque los rusos llegaran primero y pusieran 20 millones de muertos en el frente oriental. Y aunque IBM les hiciera el programa de gestión de los campos de concentración, eso ya son detalles sin importancia, para qué preguntarnos de donde sacaba el petróleo para la guerra Alemania, no sea que demos con el árbol genealógico de algún expresidente y director de la CIA. Que en EEUU hubiera campos de concentración para japoneses en aquel contexto tampoco importa a nadie, ni que desinfectaran a los mexicanos en la frontera con Zyklon-B.
De hecho algunas cosas no se pueden ni investigar so pena de ser tachado de revisionista y antisemita (y ojo, no es que no los haya) por parte de los intereses que han convocado a todo un colectivo de personas procedentes de diversos países en la tierra que dicen que les prometió Yavhé mientras erradican mediante un genocidio a la gente que ya había allí.
Todos sabemos muchas cosas excepto la fundamental: que no sabemos una puta mierda.
De hecho hace unos días, recordando las célebres palabras de Sócrates, caí en la cuenta de que se puede estar en una condición mucho más desfavorable que la de no saber nada: saber todo mal.
Aún así, qué duda cabe de lo polémica que es la expresión de Putin. Más allá de los que ya van predispuestos a sacar punta a cualquier cosa y que redactan la sentencia para hacerla encajar con el veredicto que ya tienen, que ya andan salivando por estos lares, sus palabras pueden ser oportunas para abrir un discusión algo más interesante: ¿Cuáles fueron las causas del Anschluss?
Puede que para muchos la respuesta quede dentro del terreno de las "obviedades" ya expresadas aquí, pero en otras partes del mundo las cosas se ven de otra manera. Sin ir más lejos, tengo entendido que en el lejano oriente mucha gente está convencida de que el origen de la pandemia de Covid-19 que dio lugar a que Trump hablara de "ese virus chino" tiene su origen en unos juegos militares celebrados por aquellas fechas en Wuhan. Hasta el propio congreso norteamericano parece haber propuesto estudiar tales tesis. Qué locura, ¿no?