Pero vamos a ver, ¿alguien puede estar “a favor” del aborto? Un aborto es un error, nada de lo que se pueda estar realmente orgullosa. En un mundo ideal un embarazo o se desarrolla de forma completa o no se produce.
Sucede que vivimos muy lejos de nada siquiera remotamente parecido a un mundo ideal. Y no asumirlo sólo puede producir más dolor. A nadie puede gustarle el hecho de abortar, pero muchos lo consideramos el mal menor.
Si tan preocupados están algunos señores y señoras de derechas por el aborto tal vez tendrían que ahondar en sus causas en busca de una solución . ¿Por qué no se desea llevar un embarazo a término? Puede haber muchas razones, pero se me ocurre que si éste no se produce en un contexto económico favorable no hace falta ser demasiado prudente para presentar cierta renuencia.
¿Tener hijos con un trabajo que apenas te permite pagar el alquiler? Sí, he de confesar que estoy en contra del aborto. Es una de las muchas cosas horribles que te puede pasar en la vida, y ni siquiera debe ser de las peores. De hecho creo que estoy incluso más en contra del aborto que esos señores y señoras de derechas, que incluso se manifiestan en las puertas de las clínicas.
Más les valdría subir las nóminas a los empresarios y bajar los alquileres a los propietarios antes que estigmatizar a personas que ya están en situaciones de por sí poco agradables. ¿O si nos toca el bolsillo, el aborto ya no nos parece tan mal? Les invito a trabajar para evitar tantos abortos como sea posible, de la manera correcta, como se solucionan los problemas y se sanan realmente las enfermedades: atajando sus causas.
Lo contrario, quejarse de tal latrocinio cuando indirectamente se se está favoreciendo es como quejarse de que está mojado alguien que acaba de mearse encima. No les extrañe que les llamen meapilas.