Big Star, uno de los mejores grupos americanos “desconocidos”, debutó hace 50 años con un disco que se llamó
#1 y que en su momento pasó prácticamente desapercibido, pero que con el tiempo se convirtió en un objeto de culto. La banda surgió en torno a los estudios Ardent, donde Chris Bell pasaba horas incontables y encadenaba un cigarrillo con otro. Era un romántico del siglo XX, un joven que pensaba que había nacido en la época equivocada y que soñaba con ser un Beatle. El destino lo juntó con Alex Chilton, quien ya era una estrella del pop