A diferencia de otras épocas en la historia de la humanidad, la nuestra es mucho menos proclive al pensamiento mágico y las explicaciones irracionales de fenómenos sorprendentes. O al menos ese es discurso dominante. Quizá lo cierto sea que a pesar de toda la tradición cientificista del pensamiento, el asombro aun nos lleve por los caminos de lo mítico, lo fantástico y aun lo irreal. Esa puede ser una aproximación a un suceso admirable ocurrido hace un par de días en la isla portuguesa de Madeira, en donde sus residentes atestiguaron esta...