La belleza de la palabra
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Poema - "Simplemente"

Nos dijimos adiós.

La tarde estaba

llorando nuestra despedida.

Nos dijimos adiós tan simplemente

que pasó nuestra pena inadvertida.

No hubo angustia en tus ojos

ni en mis ojos.

No hubo un gesto en tu boca

ni en la mía.

Y, no obstante, en el cruce de las manos,

calladamente te dejé la vida.

Fuiste valiente con tu indiferencia

y fui valiente con mi hipocresía,

nos separamos como dos extraños

cuando toda la sangre nos unía.

Pero tuvo que ser,

y fue mi llanto,

sin una escena ni una cobardía.

Tú te fuiste pensando en el olvido

y yo pensando en la melancolía.

Hoy sólo resta de esa vieja tarde

un recuerdo,

una fecha

y una rima.

Así, sencillamente nos jugamos

el corazón en una despedida.

Jorge Robledo Ortiz

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Poema - "Lamento de la mujer herida"

Abriste la cancela del jardín

sin pensar en los lobos de la noche,

segura como estabas

de tener a los dioses de tu parte.

Lanzaron hombres blancos aquel día

licores y bravatas en tu nombre.

El fotógrafo alzó

como un golpe de mar su veredicto,

el cura sonreía

apoyadas las manos sobre el vientre.

¿Por qué nadie avisó de la mentira?

¿Por qué no dijo nadie

que el jardín no era más que un tronco huero

salpicado con flores dolorosas

del color de la sangre y de las lilas?

Sigue inerte la foto en la repisa

proyectando racimos de luz sucia

a todas las esquinas del salón.

Los niños ya se han ido y te preguntas

¿qué cosa es el amor?

Sin fuerzas para huir ni abandonarte.

Alejandro Pedregosa, del libro "En la inútil frontera"

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Poema - "El misterio"

Puede alguien entender

el oscuro sometimiento que la noche

provoca en los ojos del amante.

Si alguien supiera explicarme con certeza

hacia dónde se dirige

la fuga que emprende la soledad

en dos cuerpos desnudos.

Conoce alguien acaso

cómo se limpia el alquitrán de la memoria

o la acometida frialdad de la luz

en las tardes de septiembre.

Entonces, me alegro,

será mejor que aprendamos a vivir

sin dioses.

Alejandro Pedregosa, "Postales de Grisaburgo y alrededores"

Fuente

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Poema - "Los amantes infinitos"

Ahora,

nos acariciamos más con los ojos.

Despojadas de la urgencia del deseo,

estas caricias,

-como el sol de última hora-,

son más lentas,

y más suaves,

y más largas,

se diría que no tienen ni principio ni final,

que siempre han estado ahí,

esperándonos,

para cuando nos hiciesen falta.

Ahora,

que empezamos a ser ya

poco más que un estorbo

en los planes de la vida,

son ellas las que nos salvan.

Y lo hacen de mil formas diferentes.

También,

haciéndonos esbozar

una pícara sonrisa

cuando a veces pensamos

en las otras.

Karmelo C. Iribarren

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Poema - "El farero"

Cumplo al pie de las olas

mi misión en la tierra:

que mi faro dé luz

contra viento y marea.

Soy farero de oficio,

vigía a todas horas,

capitán de una torre

varada entre las rocas.

Paso el tiempo contando

de noche las estrellas,

de día las gaviotas,

los barcos que se alejan.

Pero nunca estoy solo.

Paseo con mi sombra,

converso con el mar,

escucho caracolas.

Por el aire dibuja

el humo de mi pipa

sirenas y veleros

que van a la deriva.

Juan Carlos Martín Ramos

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Poema - "Pequeñas muertes"

Los sueños son pequeñas muertes,

tramoyas, anticipos, simulacros de muerte.

El despertar en cambio nos parece

una resurrección, y por las dudas,

olvidamos cuanto antes lo soñado,

a pesar de sus fuegos, sus cavernas,

sus orgasmos, sus glorias, sus espantos.

Los sueños son pequeñas muertes,

por eso cuando llega el despertar

y de inmediato el sueño se hace olvido,

tal vez quiera decir que lo que ansiamos,

es olvidar la muerte,

apenas eso.

Mario Benedetti

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Yo me muero de amor, que no sabía

Yo me muero de amor, que no sabía,

aunque diestro en amar cosas del suelo,

que no pensaba yo que amor del cielo

con tal rigor las almas encendía.

Si llama la moral filosofía

deseo de hermosura a amor, recelo

que con mayores ansias me desvelo

cuanto es más alta la belleza mía.

Amé en la tierra vil, ¡qué necio amante!

¡Oh luz del alma, habiendo de buscaros,

qué tiempo que perdí como ignorante!

Mas yo os prometo agora de pagaros

con mil siglos de amor cualquiera instante

que por amarme a mí dejé de amaros.

Lope de Vega

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Poema de "La Cava" [PDF]

Este romance pertenece al conjunto de romances que cuentan la caída de la España Visigoda..
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Recién llegado de Diuze, Guillaume Apollinaire

Recién llegado de Diuze, Guillaume Apollinaire

Hermosa fusión de poesía, grafiti, música y pintura

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Peligros de Invierno (Gioconda Belli)

Este invierno está llevando todo lo que fuimos.

Cada día despierto arrebujándome,

arrebujándome contra tu espalda,

tocándote

para saber que no te has ido con el agua

sonrío y me pregunto si mañana, si pronto,

si algún día de estos,

el llanto sucederá a la lluvia

y el invierno también se meterá en la casa

y no habrá mueble, estante, cortinera,

donde no lave el agua los colores

y nos mojemos todos entre chocorrones y despedidas.

Por eso en las mañanas

bebo la luz en mis pulmones,

abro todas las puertas,

pinto amarillas las risas de las casas,

doy vueltas tenaz a los girasoles,

me prendo el sol en medio de los pechos

y salgo a tocarte, a escribirte,

a decir que no, que no hay cauce que se lleve mi amor

ni aguacero ni ciclón ni viento lacerante

que arranque tu nombre de esta piel

miel de tus días largos.

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Los arcoíris de aceite

Los arcoíris de aceite

devanan sus laberintos

de porfiadas imposturas

arrecidos de tormentas

como flores venenosas 

que Baudelaire olvidó,

y en el nácar de tus huesos

ensayan bajorrelieves

preñados de maldiciones

como misterios guardados

para las piedras rosetas 

de algún nuevo Champolión.

No me preguntes por qué.

Pregúntate por qué no.

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Haiku 6...

Ya nos reímos

con risas de mañana:

teme a esa deuda.

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Memorándum

Uno llegar e incorporarse el día

Dos respirar para subir la cuesta

Tres no jugarse en una sola apuesta

Cuatro escapar de la melancolía

Cinco aprender la nueva geografía

Seis no quedarse nunca sin la siesta

Siete el futuro no será una fiesta

Y ocho no amilanarse todavía

Nueve vaya a saber quién es el fuerte

Diez no dejar que la paciencia ceda

Once cuidarse de la buena suerte

Doce guardar la última moneda

Trece no tutearse con la muerte

Catorce disfrutar mientras se pueda.

Mario Benedetti

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sin título: un poema de Marina Tsvetaeva

А следующий раз — глухонемая

Приду на свет, где всем свой стих дарю, свой слух дарю.

Ведь всё равно — что говорят — не понимаю.

Ведь всё равно — кто разберёт? — что говорю.

Бог упаси меня — опять Коринной

В сей край придти, где люди твёрже льдов, а льдины — скал.

Глухонемою — и с такою длинной —

— Вот — до полу — косой, чтоб не узнал!

Traducción: al ingles por Karina McCorkle y al castellano con DeepL

Y la próxima vez, un sordomudo,

vendré a un mundo donde les daré un poema a todos, les daré a todos mi oído.

De hecho, es lo mismo, lo que dicen, no lo entiendo.

De hecho, es lo mismo -¿quién puede entenderlo?- lo que digo.

Dios me lo permita, Corinna

llega de nuevo a esta región, donde la gente es más dura que el hielo, los témpanos de hielo más duros que los acantilados.

Como una sordomuda, con una

trenza tan larga, ¡hasta el suelo!, mientras

no la reconocieras.

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Yo voy soñando caminos

Yo voy soñando caminos

de la tarde. ¡Las colinas

doradas, los verdes pinos,

las polvorientas encinas!...

¿Adónde el camino irá?

Yo voy cantando, viajero

a lo largo del sendero...

-la tarde cayendo está-.

"En el corazón tenía

"la espina de una pasión;

"logré arrancármela un día:

"ya no siento el corazón".

Y todo el campo un momento

se queda, mudo y sombrío,

meditando. Suena el viento

en los álamos del río.

La tarde más se oscurece;

y el camino que serpea

y débilmente blanquea

se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir:

"Aguda espina dorada,

"quién te pudiera sentir

"en el corazón clavada".

Antonio Machado

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¿Qué es delito?

¿Qué es delito?

Es la sangre convertida en mito,

es la puerta abierta del que implora,

es la carne saciando su apetito

cuando otra carne devora;

es la risa de los hombres 

mientras la ley llora.

Feindesland. 1994.

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Risa y sonrisa

Cuando me hablan de felicidad

siempre hablo de sonrisas,

palabra inmensa la primera

pequeña coda la segunda,

apéndice involuntario,

fuera de moda.

La segunda.

Incluso una risa

o risotada involuntaria,

placer real y físico.

Felicidad, palabra torcida

llevada al extremo

sin aparente baremo.

Sonrisa, franca y sin dobleces.

Risa, escapada mental

que barrunta la risotada.

Risotada, incontinencia feliz.

Felicidad, palabra truncada

sin contenido aparente.

Ampulosa y vacía.

 

ContinuumST. Enero 2001

 

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Poema - Si ya no vienes

Si ya no vienes, ¿para qué te aguardo?

Y si te aguardo, di por qué no vienes,

verde y lozana zarza que mantienes

sin consumirte el fuego donde ardo.

Cuánto tardas, amor, y cuánto tardo

en rescindir los extinguidos bienes.

Ya quién me salve no lo sé, ni quienes

clavan el alma dardo sobre dardo.

A la mañana, que se vuelve oscura,

sigue la noche, que se vuelve clara

a solas con tu sed, que hiere y cura.

No quisiera pensar si no pensara

que, privado que fui de tu hermosura,

me olvidara de mí si te olvidara.

Antonio Gala

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"Mereces un amor que te quiera despeinada"

“Mereces un amor que te quiera despeinada,

incluso con las razones que te levantan de prisa

y con todo y los demonios que no te dejan dormir.

Mereces un amor que te haga sentir segura,

que pueda comerse al mundo si camina de tu mano,

que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.

Mereces un amor que quiera bailar contigo,

que visite el paraíso cada vez que ve tus ojos

y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.

Mereces un amor que te escuche cuando cantas,

que te apoye en tus ridículos,

que respete que eres libre,

que te acompañe en tu vuelo,

que no le asuste caer.

Mereces un amor que se lleve las mentiras,

que te traiga la ilusión,

el café

y la poesía.”

Atribuido a Frida Kahlo

Fuente

“Mereces un amor que te quiera despeinada”, el poema atribuido a Frida Kahlo, fue compuesto en realidad por Estefanía Mitre, jovencísima poeta mexicana. Fuente

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Qué fácil parece cambiar una costumbre...

Qué fácil parece cambiar una costumbre,

es como remover cenizas de una lumbre,

o basura hasta que salga olor a podredumbre,

hacer temblar su cimiento hasta que se derrumbe,

así que no olvides que eres un ser de costumbre,

y antes de cambiar algo, cambia tu servidumbre.

Fdo. Sr. Cumbre

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Poema - A Inés, que se teñía las canas de rubio

Tus cabellos, estimados

por oro contra razón,

ya se sabe, Inés, que son

de plata sobredorados.

Pues ¿querrás que se celebre

por verdad lo que no es?

Dar plata por oro, Inés,

es vender gato por liebre.

Baltasar del Alcázar

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Contigo (Luis Cernuda)

Contigo (Luis Cernuda)

¿Mi tierra?

Mi tierra eres tú.

¿Mi gente?

Mi gente eres tú.

El destierro y la muerte

para mí están adonde

no estés tú.

¿Y mi vida?

Dime, mi vida,

¿qué es, si no eres tú?

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Poesia - Eso somos

Poesia - Eso somos

También somos nuestros vacíos

Las palabras que no dijimos

La mano que negamos

Las promesas que no cumplimos

Los días borrados

Las noches frías

Los latidos mudos

Las heridas abiertas

Los pulsos perdidos

Las voces ausentes

Los ecos que fueron olvido

Esa suma de incumplidos

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A veces...

A veces...

A veces tengo ganas de ser cursi

para decir: La amo a usted con locura.

A veces tengo ganas de ser tonto

para gritar: ¡La quiero tanto!

A veces tengo ganas de ser niño

para llorar acurrucado en su seno.

A veces tengo ganas de estar muerto

para sentir,

bajo la tierra húmeda de mis jugos,

que me crece una flor

rompiéndome el pecho,

una flor, y decir:

Esta flor, para usted.

NICOLÁS GUILLÉN

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Poema - Si un día

Si algún día quieres llorar, llámame,

no prometo hacerte reír, pero puedo llorar contigo.

Si un día logras escapar, no dudes en llamarme,

no prometo pedirte que te quedes, pero podré escapar contigo.

Si un día no quieres hablar con nadie, llámame,

estaremos en silencio.

Pero si me llamas un día y no contesto, ven corriendo a mí,

porque sin duda, te necesitaré".

Gabriel García Márquez

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