La belleza de la palabra
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Duende jocoso

El azar. Ese duende jocoso de sonrisa eterna, mezcla de maldad y bondad perpetua, ajeno a todo lo humano y lo divino. Nos cruzamos aquella tarde sin destino, bajo paraguas y lluvias. Tú no tenías que estar allí, yo ni siquiera sé por qué pase por allí, simplemente pasé sin querer pasar, sin querer estar. Y te miré y me miraste. Ojos sencillos bajo lluvia silenciosa, chaparrón de sensaciones, en silencio. Y el agua caía. Pasé de largo y tú pasaste de corto. El azar. (Junio de 2017)
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Me hubiera gustado

Me hubiera gustado tanto haberte acompañado, feliz, al tendal, observando cómo volabas las sábanas, luminosas, blancas, cegadoras e inmensas, como un mundo que, en tus manos, se hinchaba de luz y alegría. Madre. Me hubiera gustado tanto conocer el bosque a tu lado: sus nidos, las hojas, los tallos, los bichos, los zorros, los charcos, el barro... Padre. Me hubiera gustado tanto que supieras ser... Hermana. Abuelo... Tú fuiste todo el amor que cabe en una mano cansada que te ofrece el agua. Pero ya no eres. Me …
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Pretérito perfecto simple (2011)

Porque no lo vales, ni lo valiste nunca. Porque no lo sientes y sólo lo fingiste. Porque te crees especial y no eras más que eventual. Porque te creías una estrella aunque fueras una errante. Porque te querías mucho pero nunca supiste querer. Porque te creías todo lo que te decías. Por todo eso y más, nunca llegaste a existir aunque creyeras que sí.
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Haiku del whisky

Mòine agus eòrna Copar agus dorach Uisge beatha Anónimo Turba y cebada Cobre y roble Whisky
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Ande yo caliente

Ande yo caliente, y ríase la gente. Traten otros del gobierno del mundo y sus monarquías, mientras gobiernan mis días mantequillas y pan tierno, y las mañana de invierno naranjada y aguardiente, y ríase la gente. Coma en dorada vajilla el príncipe mil cuidados como píldoras dorados, que yo en mi pobre mesilla quiero más una morcilla que en el asador reviente, y ríase la gente. Cuando …
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Perdido (2010)

Un corazón perdido en un camino nuevo donde nadie sabe dónde ir porque camino es sendero. Un sendero que puede llevar a ninguna parte. A ninguna parte. Miedo. Corazón. Qué miedo nos trae vivir cuando la vida es tan corta. Mira esos aviones, escucha ese sonido, esconde tu cuerpo, tu corazón. Guerra. Qué miedo. Amar no significa nada cuando tu vida se rompe en pedazos. Guerra. Y ya no hay nada que sentir. Mi corazón late un poco, todavía. Ahora menos. Y ahora nada. Guerra. Muerte. Un corazón perdido. (ContinuumST. 2010.)
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Haiku de la siesta

La hamaca te mece La higuera se mueve Tu cabeza gira y gira Arariel
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15 haikus de Jack Kerouac

15 haikus de Jack Kerouac

Jack Kerouac fue un novelista y poeta nacido en Lowell, Massachusetts, en 1922. Se unió a la Marina Mercante de Estados Unidos en 1942, donde escribió su primera novela, El mar es mi hermano, que no fue publicada hasta 2011, ya que él mismo la describió como un fracaso. Está considerado como uno de los principales representantes de la Generación Beat junto con autores y autoras como Allen Ginsberg, William S. Burroughs, Gregory Corso, Philip Lamantia o Denise Levertov. A pesar de ser enemigo declarado de las etiquetas, el término Beat Generation fue inventado por el propio Kerouac durante una conversación con Herbert Huncke, haciendo referencia a alguien con poco dinero y pocas perspectivas.
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La canción de Amergin

   Soy el viento en el mar;    Soy la ola del océano;    Soy el toro de siete batallas;    Soy el águila en la roca;    Soy un destello del sol;    Soy la más bella de las plantas;    Soy un fuerte jabalí;    Soy un salmón en el agua;    Soy un lago en la llanura; Soy una cima fortificada;    Soy la palabra del conocimiento; &nbs …
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Poema: Soledad (de Diario de un poeta recién casado)

En ti estás todo, mar, y sin embargo, ¡qué sin ti estás, qué solo, qué lejos, siempre, de ti mismo! Abierto en mil heridas, cada instante, cual mi frente, tus olas van, como mis pensamientos, y vienen, van y vienen, besándose, apartándose, con un eterno conocerse, mar, y desconocerse. Eres tú, y no lo sabes, tu corazón te late y no lo sientes... ¡Qué plenitud de soledad, mar solo! Juan Ramón Jiménez
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Poema - Querría no dessearos

Querría no dessearos y dessear no quereros, mas, si me aparto de veros, tanto me pena dexaros que me olvido de olvidaros. Si os demando galardón en pago de mis servicios, daysme vos por beneficios pena, dolor y passión, por más desconsolación. Y no puedo desamaros aunque me aparto de veros, que si pienso en no quereros tanto me pena dexaros que me olvido de olvidaros. Juan del Encina
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La Higuera - Poemas de Juana de Ibarbourou

La Higuera - Poemas de Juana de Ibarbourou  

Poemas del alma.
"La Higuera" de Juana de Ibarbourou
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Poema - Si ya no vienes

Si ya no vienes, ¿para qué te aguardo? Y si te aguardo, di por qué no vienes, verde y lozana zarza que mantienes sin consumirte el fuego donde ardo. Cuánto tardas, amor, y cuánto tardo en rescindir los extinguidos bienes. Ya quién me salve no lo sé, ni quienes clavan el alma dardo sobre dardo. A la mañana, que se vuelve oscura, sigue la noche, que se vuelve clara a solas con tu sed, que hiere y cura. No quisiera pensar si no pensara que, privado que fui de tu hermosura, me olvidara de mí si te olvidara. Antonio Gala
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Alejandrino dadá

Patatas del campo traigo para hacer en tortilla huevos del áfrica negra y oscura de un avestruz, culinario alejandrino, de tortilla puede ser cebolla blanca y aceite en mixtura dadaísta. No es organizada receta porque dadá quiere ser en diecisiete pasos de sonido tortilla al dadá. ContinuumST. (Septiembre. 2005)
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Atardeció sin ti

Atardeció sin ti. De los cipreses... a las torres, sin ti me estremecía. Qué desgana esperar un nuevo día sin que me abraces y sin que me beses. A fuerza de tropiezos y reveses la piel de la esperanza se me enfría. Qué agonía ocultarte mi agonía, y qué resurrección si me entendieses. Atardeció sin ti. Seguro y lento, el sol se derrumbó, limón maduro, y a solas recibí su último aliento. Quién me viera caer, lento y seguro, sin más calor ni más...
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A mis soledades voy

A mis soledades voy, de mis soledades vengo, porque para andar conmigo me bastan mis pensamientos No sé qué tiene el aldea donde vivo y donde muero, que con venir de mí mismo, no puedo venir más lejos. Ni estoy bien ni mal conmigo; mas dice mi entendimiento que un hombre que todo es alma está cautivo en su cuerpo. Entiendo lo que me basta, y solamente no entiendo cómo se sufre a sí mismo un ignorante soberbio. De cuantas cosas me cansan, …
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El miedo siempre...

El miedo siempre atenaza al corazón, que no es razón es ánima. Eso que nos anima como las ánimas en pena o en alegría. Morir. Tal vez soñar. Soñar. Tal vez morir. Vivir. Tal vez sentir. Sentir. Tal vez negar. Morimos cada día y despertamos de un sueño eterno cada día, a cada hora, a cada instante. Una mente nos anima como si fuéramos ánimas portando antorchas en un bosque infinito. Solas y acompañadas. Acompañadas y solas. El miedo siempre atenaza al corazón, que no es razón...
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Risa y sonrisa

Cuando me hablan de felicidad siempre hablo de sonrisas, palabra inmensa la primera pequeña coda la segunda, apéndice involuntario, fuera de moda. La segunda. Incluso una risa o risotada involuntaria, placer real y físico. Felicidad, palabra torcida llevada al extremo sin aparente baremo. Sonrisa, franca y sin dobleces. Risa, escapada mental que barrunta la risotada. Risotada, incontinencia feliz. Felicidad, palabra truncada sin contenido aparente. Ampulosa y vacía.   ContinuumST. Enero 2001  
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Defensa de la alegría

Defender la alegría como una trinchera defenderla del escándalo y la rutina de la miseria y los miserables de las ausencias transitorias y las definitivas defender la alegría como un principio defenderla del pasmo y las pesadillas de los neutrales y de los neutrones de las dulces infamias y los graves diagnósticos defender la alegría como una bandera defenderla del rayo y la melancolía de los ingenuos y de los canallas de la retórica y los paros cardíacos…
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Marga Clark: tres poemas

Marga Clark: tres poemas

Marga Clark es una estupenda fotógrafa y un meticulosa poeta. Acaba de publicar ’Olvidada de mí’ y ha tenido la cortesía de enviarme tres poemas. El libro se presentará en Madrid próximamente en compañía de Ángel Guinda. Marga, que debe su nombre a su tía Marga Gil Röesset, aquella escultora y pintora que se suicidó por amor a Juan Ramón Jiménez, y le dedicó una hermoso libro: ’Amarga luz’. La crónica de una revelación, de una sensibilidad, de un destino trágico.
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Más verdad que la vida

En ese lugar lleno de barro de miedo y anestesia a bocajarro. En lugares distantes manchados de sangre al instante, rima perdida para mentes heridas. Vida. Tu vida, latidos que valen poco. Coge el fusil, anuda las botas antes de ser un cadáver entre el barro inerte. La guerra, esa constante mentira que es más verdad que la vida. ContinuumST 1999.
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¿Qué es delito?

¿Qué es delito? Es la sangre convertida en mito, es la puerta abierta del que implora, es la carne saciando su apetito cuando otra carne devora; es la risa de los hombres  mientras la ley llora. Feindesland. 1994.
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Cárcel de sombras

Fue una noche de lunes de oscuridad sin luna, y ni un sólo reproche de tu boca oportuna. El azahar olía a odio, el magnolio a tristeza, las azaleas penaban solas. Las rejas de tu ventana cárcel de sombras en la calle. Pasé de largo, tan de largo que olvidé quién vivía allí. Fue un lunes de noche, de oscuridad sin luna y sombras de olvido. (ContinuumST. Mayo 2012.)
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Las cosas

El bastón, las monedas, el llavero, la dócil cerradura, las tardías notas que no leerán los pocos días que me quedan, los naipes y el tablero, un libro y en sus páginas la ajada violeta, monumento de una tarde sin duda inolvidable y ya olvidada, el rojo espejo occidental en que arde una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas, láminas, umbrales, atlas, copas, clavos, nos sirven como tácitos esclavos, ciegas y extrañamente sigilosas! Durarán más allá de nuestro olvido; no sabrán nunca que nos...
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Yo voy soñando caminos

Yo voy soñando caminos de la tarde. ¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!... ¿Adónde el camino irá? Yo voy cantando, viajero a lo largo del sendero... -la tarde cayendo está-. "En el corazón tenía "la espina de una pasión; "logré arrancármela un día: "ya no siento el corazón". Y todo el campo un momento se queda, mudo y sombrío, meditando. Suena el viento en los álamos …
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