Seguro que cuando alguien te pregunta por qué te gastas tanto dinero en eso, saltas a defender tu postura. Puede ser en zapatillas de marca, tabaco, cremas hidratantes que prometen eterna juventud, juergas nocturnas en la noche ibicenca o videojuegos. Pero lo que está claro es que aquel que no lo comparte, le parece un exceso, casi un derroche de dinero. Claro, que lo que no se dan cuenta es que ellos hacen lo mismo, simplemente gastando el dinero en otra cosa porque al final, todo el mundo tiene ese punto débil en el que gastar dinero con gusto, porque sarna con gusto no pica.

Y al final, nos fijaremos en coger los garbanzos más baratos del lineal del supermercado con tal de tener dinero al final del día para nuestro placer mundano. Ese que sólo nosotros entendemos.