Actualmente, Rusia esta bombeando casi a plena capacidad de alrededor de 10,5 millones de barriles de petróleo por día (bpd), con la mayoría de la producción proveniente de depósitos empobrecidos en el oeste de Siberia, lo que destaca la necesidad urgente de nuevos recursos petroleros.

Algunas compañías occidentales se niegan a hacer nuevas inversiones en Rusia por las tensiones políticas, lo que pone en riesgo la meta de Moscú de mantener una producción de petróleo por lo menos estable en los próximos años.