Una de las consultas más recurrentes que recibo es del estilo de “tengo una tienda de zapatos y quiero vender por internet, ¿qué hago?”. La opción fácil sería venderles dominio, hosting, instalación de ecommerce a elegir y mantenimiento, luego dejarles a su suerte en medio del crudo mundo de la venta online, y que se den cuenta al cabo de unos meses de que, sencillamente, no venden un carajo. La opción difícil, la que suelo usar, es quitarles la idea de la cabeza.