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Grandes clásicos del feminismo delirante: Beatriz Gimeno, "Una aproximación política al lesbianismo"
Beatriz Gimeno, diputada por Podemos desde 2015, nunca defrauda. En este texto, que puede consultarse completo en
beatrizgimeno.es/2013/01/24/una-aproximacion-politica-al-lesbianismo-2
defiende su conocida tesis de que la heterosexualidad no es natural. Este es un extracto literal:
Homosexualidad y heterosexualidad no son equivalentes, ni son distintas maneras de vivir la sexualidad sin más, sino que son regímenes que cumplen distintas funciones sociales. La heterosexualidad, el régimen regulador por excelencia, no es la manera natural de vivir la sexualidad, sino que es una herramienta política y social con una función muy concreta que las feministas denunciaron hace décadas: subordinar las mujeres a los hombres; un régimen regulador de la sexualidad que tiene como finalidad contribuir a distribuir el poder de manera desigual entre mujeres y hombres construyendo así una categoría de opresores, los hombres, y una de oprimidas, las mujeres. Y si reconocemos que el poder masculino se ha ejercido sobre las mujeres, sobre todas las mujeres, a través de la institución de la heterosexualidad, es lógico esperar encontrar resistencia a esta institución en cualquier época; y así ha sido. La heterosexualidad es la herramienta principal del patriarcado y la resistencia de las mujeres a esta institución comienza con el cuerpo, puesto que es el cuerpo el que está en juego; la resistencia comienza con un cuerpo que se niega y que dice “No” a la opresión.
Pensar que estas ideas están rigiendo en muchos lugares de España conforme a la infiltración feminista en las instituciones, da mucho que pensar.
beatrizgimeno.es/2013/01/24/una-aproximacion-politica-al-lesbianismo-2
defiende su conocida tesis de que la heterosexualidad no es natural. Este es un extracto literal:
Homosexualidad y heterosexualidad no son equivalentes, ni son distintas maneras de vivir la sexualidad sin más, sino que son regímenes que cumplen distintas funciones sociales. La heterosexualidad, el régimen regulador por excelencia, no es la manera natural de vivir la sexualidad, sino que es una herramienta política y social con una función muy concreta que las feministas denunciaron hace décadas: subordinar las mujeres a los hombres; un régimen regulador de la sexualidad que tiene como finalidad contribuir a distribuir el poder de manera desigual entre mujeres y hombres construyendo así una categoría de opresores, los hombres, y una de oprimidas, las mujeres. Y si reconocemos que el poder masculino se ha ejercido sobre las mujeres, sobre todas las mujeres, a través de la institución de la heterosexualidad, es lógico esperar encontrar resistencia a esta institución en cualquier época; y así ha sido. La heterosexualidad es la herramienta principal del patriarcado y la resistencia de las mujeres a esta institución comienza con el cuerpo, puesto que es el cuerpo el que está en juego; la resistencia comienza con un cuerpo que se niega y que dice “No” a la opresión.
Pensar que estas ideas están rigiendo en muchos lugares de España conforme a la infiltración feminista en las instituciones, da mucho que pensar.
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