La bancarrota financiera de Grecia no solo originó una recesión, sino lo que habitualmente se entiende como una depresión con una caída del PIB cercana al 25 % desde mediados de 2008. Los gráficos muestran la evolución de la deuda respecto al PIB, la tasa de paro, el salario mínimo, el PIB per cápita y el número de funcionarios.