Nadie que esté vivo en nuestro país, al menos siendo consciente de ello, ha visto jamás una deuda pública como la que tenemos ahora. Y la crisis no ha hecho nada más que empezar. El torrente de dinero público inyectado para contrarrestar los efectos perniciosos de la pandemia ha comenzado a elevar a niveles exponenciales un endeudamiento que dejaremos a las nuevas generaciones y que será difícil de pagar y de armonizar con unos indicadores macroeconómicos saneados a medio y largo plazo.
Comentarios
Un poco de spam nunca viene mal.
También dejamos a las nuevas generaciones nuevas infraestructuras, nuevos derechos, nuevas bandas de rock, nuevos chistes... joder con los eslóganes cuando zarpan. Da igual lo estúpidos que sean, los papagayos papagayean.