Duke era un labrador negro, vivía en Houston con la familia Roberts. Hace años se le diagnosticó un osteosarcoma, una clase de cáncer en los huesos bastante común en los perros. Durante un tiempo, Duke aguantó bien la agresividad del tumor, pero una de sus patas delanteras empezó a fallar. Después el tumor se fue extendiendo, separando sus costillas y complicando bastante su existencia. Su propietaria, Jordan Roberts, decidió entonces programar su eutanasia. Antes, y como homenaje, decidieron celebrar su último día y pedirle al fotógrafo Robyn
Comentarios
#0 La prueba de que deberíamos vivir cada día como si fuera el último (ENG)
La prueba de que deberíamos vivir cada día como si...
huffingtonpost.com#0 psst, psst. Mira:
La prueba de que deberíamos vivir cada día como si fuera el último (ENG)
La prueba de que deberíamos vivir cada día como si...
huffingtonpost.com