La verdad es que es difícil imaginar a Eduardo Madina luchando para defender el muro o a Pedro Sánchez llevando una espada de acero valyrio, como si fueran personajes de Juego de Tronos. Pero lo que sí es extrapolable de este fenómeno televisivo a la realidad es la lucha por el poder y el juego de alianzas que unos y otros van tejiendo para llegar al trono de hierro, o en su defecto a la secretaría general del PSOE.