Es de esperar que las contradicciones entre lo dicho y la realidad sean cuantiosas en el caso del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump (70). Empezando por su madre, que no vino de visita a Nueva York con la intención de pasar unos días de vacaciones, como se ha esgrimido a modo de versión oficial, sino que llegó para quedarse huyendo de la pobreza de la isla escocesa en la que el destino quiso que naciera.
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AEDE cabron
Pero era blanca y protestante