Igual que Halloween, el Black Friday ha traspasado las fronteras de los EUA ajetreando el mundo entero. Para quien no lo conozca es un día de descuentos que se anuncia como si nos fueran a regalar el mundo por comprar un aspirador. Pasada la tormenta queda claro que nadie, y menos en España, da duros por cuatro pesetas, y las grandes corporaciones más que una excepción son un recordatorio constante.
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Cansino ya el tema...