Campesinos de un país subdesarrollado y pobre del lejano sudeste asiático derrotaron al ejército más poderoso del mundo. Marines, asesores militares, diplomáticos y unos cuantos civiles huyeron en helicópteros que despegaban desde la embajada de EEUU en Saigón. Una imagen que recorrió el mundo y marcó un hito en la historia de los pueblos.