Más de cuatro años después de que los primeros pacientes con COVID comenzaran a alertar de que no se estaban recuperando, los científicos siguen luchando por desentrañar el misterio de por qué una minoría significativa de personas desarrolla síntomas crónicos debilitantes mientras que otros parecen recuperarse sin problemas. Pero si la situación de los adultos con COVID prolongado sigue siendo poco comprendida, los millones de niños que lo padecen en todo el mundo son prácticamente invisibles...
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etiquetas: covid , infancia , secuelas
Peor son los datos de obesidad y poco o nada se hace al respecto...
La mayoría no quiere oir hablar más de esto y barre debajo de su alfombra mental. Eso si, a los que les toca las secuelas como #5 que se jodan y se callen que amargan la fiesta. A mi me generó noxacusis al principio de la pandemia, que es dolor insoportable a ciertos sonidos, intratable, e incurable. No lo he vuelto a coger porque tengo cuidado. El resto que piensa que se va salvando está quedándose más gilipollas con cada reinfección sin darse cuenta.