Hace diez años Bárbara de Aymerich se presentó en el Ayuntamiento de Espinosa de los Monteros, un pequeño pueblo del norte de Burgos.
Su idea, bautizada como Escuela de Pequeñ@s Científic@s, Espiciencia, se ha consolidado hasta convertirse en un referente admirado tanto dentro como fuera de España, con un largo listado de distinciones a sus espaldas y vínculos en otros países.
Bárbara reivindica el componente lúdico y emocional de la ciencia y destaca su importancia en la formación de los niños, igual que el deporte o la música.
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