Ese ansiado objeto de deseo de la película sigue generando controversia.
En la actualidad hay compañías que aseguran tener un prototipo pero la realidad todavía no ha alcanzado a la ficción y el monopatín del futuro no se puede encontrar en ninguna tienda.Detrás del aeropatín ha habido mucha fantasía. Y si no que se lo digan a Zemeckis, el director de la película, que a las preguntas de los periodistas sobre cómo habían conseguido el efecto, respondía así:
“¡¿Qué quieres decir con cómo lo hicimos?! Es un auténtico aeropatín y vuela. Michael (J.Fox) practicó un montón”.
Zemeckis incluso tenía una explicación por la que aún no habían salido a la venta: “Se diseñaron hace mucho, pero las asociaciones de padres no han dejado que salgan a la venta. Conseguimos algunos y los metimos en la película”. Una buena jugada de marketing por su parte.
¡TODO ERA MENTIRA!
Zemeckis tiraba de fantasía y la imaginación de los periodistas y el público hizo el resto.Aquellas tablas no volaban y lo sufrió de lo lindo Michael J.Fox que tuvo que aguantar todo tipo de artilugios, palos y barras con alambres que iban por la espalda y los pantalones, para conseguir el efecto especial de volar en monopatín. Y antes no existía tanto recurso digital por lo que el truco era como una tortura tarantinesca, según J.Fox, que decía que muchos de aquellos ingenios eran un verdadero tormento.