Los fenómenos extremos debidos al cambio climático serán cada vez más intensos y más frecuentes. El desastre de Valencia tiene que enseñarnos a gestionar mucho mejor estas situaciones. Tenemos que aprender a mitigar los daños, a adaptarnos a estas nuevas condiciones ambientales y a coordinarnos mejor para evitar la catástrofe de vidas humanas y de daños económicos que acabamos de vivir. Pero también tenemos que trabajar duro para que el problema no siga creciendo, para que la crisis climática no se nos vaya de las manos y acabe con nosotros.
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etiquetas: energias renovables , cambio climático
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