El drástico declive global de ranas y otros anfibios debido a la quitridriomicosis, una enfermedad causada por un hongo patógeno extremadamente virulento, exacerbó los brotes de malaria en Costa Rica y Panamá durante las décadas de 1990 y 2000. Así lo ha advertido una nueva prepublicación que proporciona la primera evidencia de que la disminución de la población de anfibios afecta directamente a la salud humana.
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