En biología, un parásito es un organismo, animal o vegetal, que vive a costa de otro, alimentándose de él y depauperándolo sin llegar a matarlo.
Hoy en día, el 60% de los ingresos de una familia española se evapora en el alquiler de la vivienda. ¿Por qué? Nuestros cerebrosos economistas neoliberales nos dicen que es porque hay mucha demanda, entonces, por la mano invisible del mercado, los precios suben; "Es "la ley" de la oferta y la demanda", dicen llenándose la boca con cada palabra.
Estos días, Madrid Centro superó las 4000 viviendas en alquiler. En 2014 eran una media de 2000, en 2019 eran unas 1300. ¿Qué ha pasado para que se hayan triplicado? Pues que el coronavirus ha puesto de manifiesto lo que todos sabíamos pero que, tanto los políticos afines al sistema como sus voceros mediáticos, se esforzaban en ocultar: que el problema no era el aumento de la demanda, sino la masiva retirada de oferta para alquiler turístico.
Y ¿para quién iban esos suculentos ingresos que se generaban al aumentar el precio? pues a nuestros amigos cayetanos que, como buenos parásitos, nos sacaban de la piel la mitad de nuestra nómina sin levantarse del sofá, sin mover un dedo, sin despeinar un pelo de su maravilloso flequillo ondulando. La españa que madruga se hacen llamar, pues madrugarán para ver sus pisos subir de precio en "el idealista", porque trabajar por el progreso de la sociedad no lo hacen, más bien el contrario, lo único que hacen es impedir el crecimiento de aquellos a los que parasitan, es decir, nosotros.
Si queremos vivir en una sociedad que no sea feudal, este serían un buen momento poara que el Estado regulase la vivienda, posibilitando una convivencia razonable del sector turístico con la vivienda habitual (que no olvidemos que es un derecho).