Se suele asociar a artistas con ciertas obsesiones que le acompañan desde su niñez. En el caso de Muirhead sin embargo fue a los 27 años, de forma casual, cuando dio con su primera cámara fotográfica, y fue algo que poco a poco se fue convirtiendo en una prolífica carrera. Antes, la música era lo que llenaba cierto vacío existencial, una influencia que podemos ver en algunas de sus series fotográficas.