Mucho antes de que el mundo entero bailara a lomos del Gangnam Style, el K-Pop era ya un negocio exitoso en el Sudeste asiático. Se creó para tal fin. Tal y como sostiene el sociólogo francés Frédéric Martel, todo surgió a mediados de los 90, cuando el entonces presidente surcoreano Kim Young-Sam mostró un informe sobre los ingresos de exportación de la película Jurassic Park. La cifra era igual a la venta de exportación de 1,5 millones de automóviles Hyundai. Así, el gobierno designó a la industria cultural como el motor de crecimiento futuro.