Los egiptólogos han recuperado más de 18.000 fragmentos inscritos en la antigua Athribis, los restos de vasijas y tinajas que servían como material de escritura hace unos 2.000 años. Los fragmentos, conocidos como ostraca, documentan listas de nombres, compras de alimentos y objetos cotidianos, e incluso escritos de una escuela, incluidas líneas escritas por los alumnos como castigo.