El tiempo que un ser humano con acceso a Internet puede perder viendo vídeos de gatitos haciendo cosas puede llegar a dar vergüenza. Es fácil quedarse con cara extasiado viendo a cachorritos acurrucarse, bostezar, subirse a una aspiradora en movimiento o estornudando. Afortunadamente para nuestra especie, esto no significa que conectarse a la red rebaje nuestro nivel de inteligencia (al menos no solo por el tema de los bebés animales) sino que la biología es la responsable. Ahí está el instinto para guiarnos.
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