La poesía, por cuanto actividad no productiva, no tiene cabida alguna en la sociedad, conviene subrayar cómo a lo largo de los siglos nos ha recordado cabalmente tamaña verdad: a saber, que la vida es breve, como el arte es largo, y que quien posponga por más tiempo del debido los placeres de la carne se encontrará, a la vuelta de la esquina, con que el infarto o cualquier otra enfermedad contemporánea le mantendrá forzosamente alejado de tales ejercicios. Desde este punto de vista, no parece que la poesía sea tan inútil ni esté tan moribunda
Comentarios
Una perla aunque es un artículo precioso todo él :
Créeme, Juana, y llámate Juanilla;
mira que la mejor parte de España,
pudiendo Casta, se llamó Castilla.
Y otra:
Si osase decir mi boca
lo que siente el alma mía,
señora, tocar querría
donde la camisa os toca.
Caracoles me pide la niña,
y pídelos cada día.
Cuando en tus brazos, Filis, recogiéndome,
el pecho me descubres hermosísimo,
allí donde tocar es sabrosísimo,
estás un breve rato entreteniéndome.
Y....
El insecto
De tus caderas a tus pies
quiero hacer un largo viaje.
Soy más pequeño que un insecto.
Voy por estas colinas,
son de color de avena,
tienen delgadas huellas
que solo yo conozco,
centímetros quemados,
pálidas perspectivas.
Aquí hay una montaña.
No saldré nunca de ella.
Oh qué musgo gigante!
Y un cráter, una rosa
de fuego humedecido!
Por tus piernas desciendo
hilando una espiral
o durmiendo en el viaje
y llego a tus rodillas
de redonda dureza
como las cimas duras
de un claro continente.
Hacia tus pies resbalo,
a las ocho aberturas
de tus dedos agudos,
lentos, peninsulares,
y de ellos al vacío
de la sábana blanca
caigo, buscando ciego
y hambriento tu contorno
de vasija quemante!