Lo encontraron en medio del desierto de Buffalo, al sur de Estados Unidos. Era 1987, y los paleontólogos se asombraron por las dimensiones del esqueleto: con al menos 12 metros de largo, podría ser uno de los T. Rex más completos que se habían exhumado hasta el momento. Decidieron apodarlo ‘Stan’, para facilitar futuras referencias. El esqueleto sería vendido por 31.8 millones de dólares. Lo único que se supo es que su nuevo dueño venía de Arabia Saudita, y tenía planes para llevárselo hasta Abu Dhabi.