Y eso sin contar los innumerables derribos de edificios individuales a través de ruinas causadas por la demolición del edificio contiguo. Los propietarios no han recibido nada por sus terrenos y en bastantes casos les ha costado el dinero. Antiguos alcaldes promueven ahora viviendas en zonas derribadas de éste modo. Muchos propietarios del casco antiguo llegaron a donar sus viviendas al ayuntamiento para evitar los gastos de demolición y... ¡¡no ha pasado nada!!
Comentarios
Lo malo es la "catetura" que se esconde tras estas cosas... derriban edificios bellos y conjuntos armoniosos para construir edificios supuestamente "modernos". Un concepto sesentero y franquistuno de lo que es progreso.