Preguntas que, por ahora, no tienen respuesta: ¿será el graffiti definitivo objeto del deseo en el mercado del arte? ¿Se han rendido los alcaldes y los concejales de turno ante la seducción del spray urbano, hasta ahora perseguido y multado? Y al final, ¿acabará la cultura oficial con el carácter nómada, clandestino y algo blasfemo del graffiti?
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Del 'spray underground' al 'spray' oficial
Del 'spray underground' al 'spray' oficial
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