Ciro II el Grande, hijo de Cambises I, fue el fundador del Imperio Persa Aqueménida en el siglo VI a. C. El Imperio incluía Irán, Mesopotamia, Siria, Asia Menor, Tracia y parte de la India. Con la victoria sobre su abuelo en el año 550 a. C. Ciro se convirtió en el dueño de Persia y Media y de todas sus posesiones. Sus principales características fueron la magnanimidad y su capacidad de expansión militar