Ya en 1968 Eric Fratini se preguntaba en la revista francesa Paris-Match: «En la desesperación de la juventud de Praga, en la resignación trágica de los vietnamitas del norte y del sur, en los ojos enjutos de los niños de Biafra, que mueren de hambre por decenas de miles, se halla esta terrible pregunta que tenemos que leer: de verdad, ¿para qué sirve la ONU?». Esta apreciación hecha hace más de medio siglo bien podría hacerse hoy, en pleno siglo XXI.
Comentarios
Si la ONU está corrupta, que seguramente lo está, sin dar ni más ni menos credibilidad al artículo uno ya es de los de piensa mal y acertarás, ¿que nos queda?
Si la ONU o las naciones, sean estas democráticas o no, no toman medidas pronto para frenar la podredumbre que las carcome, nos enfrentamos a un periodo muy negro de revoluciones, y revoluciones muy duras donde el positivismo de unos y el misticismo de otros se van a encontrar de frente en un combate a muerte. Yo me voy al monte señores a plantar lechugas, esto no hay quien lo arregle.
Maldito sea el dinero y todo lo que consiga corromper.