Planteo esta pregunta desde el punto de vista del proveedor, es decir, en este caso, el freelance o la empresa que intenta transmitir confianza al cliente. Llevo ya bastante tiempo dándole vueltas a este tema, pero recientemente se me han escapado de las manos un par de proyectos muy interesantes que han ido a manos de empresas anónimas (no por desconocidas en sí, sino desconocidas por el cliente) que competían conmigo en la asignación con presupuestos muy parecidos.
Comentarios
Más rabia además me ha dado después de haber demostrado reiteradamente
mi capacidad con estos clientes que a la hora de tomar la decisión
final se han decantado por la 'fictisiosa seguridad' que el nombre de
'empresa' les daba.