Uno está en casa, en la supuesta paz del hogar y de repente llegan los disparos. Por todas partes. ¡200 tiros! Como le ha ocurrido a Carmela Mejía Benítez, mientras, ajena a toda la barbarie del 'narco', veía jugar a sus dos nietos, de seis y dos años.
Comentarios
Hay que contar las historias particulares, como en este caso, para que no sean solo números.