Del Rey abajo pasando por la Presidencia del Gobierno, los Gobiernos autonómicos, Ayuntamientos y demás administraciones públicas, los gastos superfluos abundan. El político que no se compra un nuevo coche oficial, reforma el despacho a lo grande y hasta en la Casa Real no escatiman gastos como hemos visto el pasado mes de agosto con la reforma facial de la Princesa Leticia.
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Entrada escrita en octubre de 2008 y que, además no aporta nada que no se haya dicho cien mil veces aquí.