El cine y la televisión han instalado en el imaginario popular el arquetipo de los espías como individuos inteligentísimos, sagaces, desprejuiciados, fríos a la hora de matar, candentes a la hora de amar, patriotas por sobre todas las cosas, capaces de jugarse la vida en defensa de sus ideales. Así Bentley se dedicó al espionaje para vencer su soledad y vivir una vida plena de "electrizantes aventuras"...